miércoles, 23 de junio de 2010

LA HISTORIA DE PALPALA



Conociendo Palpalá



Pálpala: historia de una ciudad siderúrgica



Palpalá, identificada como “Ciudad Madre de Industria”, se encuentra ubicada en el departamento al sudeste del territorio de la provincia de Jujuy. La ciudad de Palpalá, cabecera de su departamento. Limita al norte con Dpto. Ledesma; al noroeste con Dpto. Dr. Manuel Belgrano y Dpto. San Antonio; al sur con Dpto. El Carmen y al este con Dpto. San Pedro. El Departamento Palpalá posee una superficie de 467 Km2; una altitud de 1.125 mts; un total de población estimada al 2003, de 47.877 habitantes y una densidad de 102,5 hab. /Km2.


La Mina 9 de Octubre y la fábrica: de los años ´40 a los ´80


El descubrimiento de la Mina 9 de Octubre y la decisión de impulsar la industria siderúrgica nacional con AHZ, atrae mano de obra especializada de otras provincias y una corriente migratoria de países limítrofes, especialmente de Bolivia, que se traduce en un importante incremento en la población provincial. En las décadas siguientes se fue constituyendo un “polo de desarrollo” alentado por las teorías desarrollistas de la época: la Teoría de la Modernización consideraba a las ciudades como centros de consumo y localización industrial. Los centros urbanos fueron evaluados bajo la hipótesis que el crecimiento poblacional, que implicaba aumento de la urbanización, atraería la radicación de industrias y eso generaría desarrollo. En este contexto la pobreza o la degradación ambiental fueron percibidos como anomalías del proceso.
El 20 de febrero de 1951, se procedió a dar funcionamiento al segundo alto horno, el que fue construido íntegramente con dirección técnica, ejecución y materiales nacionales, según destacan los periódicos de la época. A fines de 1952 se completa el ciclo siderúrgico con la construcción de: cuatro Altos Hornos (con una capacidad diaria de 150 toneladas de producción por cada uno); dos hornos eléctricos (de 10 toneladas de colada cada año); una Planta de laminación (con producción de 120.000 toneladas anuales de hierro); una Planta de escorias (este producto se utilizaba como abono fosfatado); una Planta de carbonización y destilación de subproductos químicos; e instalaciones industriales y auxiliares para diversas plantas del establecimiento.


La privatización de Altos Hornos y un nuevo escenario: décadas del ´80 y ´90


A manera de réplica de diversas experiencias internacionales relativamente contemporáneas, en los ´80 la Argentina incorpora un nuevo tema en la agenda de la sociedad: la desestatización de las Empresas Públicas (EP). Tales proyectos no prosperan, pero a poco de asumir el gobierno nacional el Dr. Carlos Menem, a mediados de 1989, el partido oficialista (el peronismo) eleva al Congreso y logra la aprobación legislativa de un ambicioso programa de privatizaciones. Promulgada la ley 23.696 de Reforma del Estado, se inaugura una nueva fase en cuanto al papel del sector público en la Argentina, así como en términos de la emergencia de nuevos mercados para la actividad privada y de nuevas áreas privilegiadas por las políticas públicas. En general, casi todos los primeros pasos del difundido programa de privatizaciones sufrieron una multiplicidad de inconvenientes de diversa índole. No obstante, si en algo se destaca el ejemplo argentino respecto a otras experiencias internacionales es en la celeridad y amplitud de las realizaciones (Aspiazu 1995).
El proceso de privatización de AHZ comienza[1] en noviembre de 1991 cuando el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Defensa, anuncia el llamado a licitación para la privatización de este complejo minero-forestal-siderúrgico. En ese momento la planta de trabajadores y empleados era de 2.560 personas. La valuación fue efectuada por el Banco Nacional de Desarrollo (BANADE) y el Banco Mundial[2]; y con la firma del Decreto 2.332/91 el 6 de noviembre de 1991, se oficializa el llamado a licitación.
En 1991 AHZ se encontraba en estado de mínima producción con racionalización de gastos y reducción de la planta de personal de 8.000 a 2.560 personas. Esto formaba parte del programa de estado iniciado en los ´80, y del cual hacíamos mención antes, de desestatización de las Empresas Públicas. Todas estas personas fueron pasadas a retiro voluntario y sus indemnizaciones fueron pagadas con aportes financieros del Estado Nacional.[3] Con respecto a la actividad sindical en ese momento había por lo menos cuatro gremios principales y uno secundario: el Sindicato Único de Altos Hornos Zapla (el más antiguo de los cuatro y que nucleaba a los operarios de la fábrica); Asociación Trabajadores del Estado (ATE); Unión Personal Civil de la Nación (UPCN); Asociación de Supervisores de la Industria Metalmecánica de la República Argentina (ASIMRA); y por último la Unión de Obreros Metalúrgicos (UOM), que agrupaba una franja muy pequeña en comparación con los anteriores. Estas organizaciones obreras tendrían diversas intervenciones pero cumplirían roles similares en el período de privatización, ya que todos los anuncios y gestiones colocaron a los trabajadores en una situación de inestabilidad e incertidumbre. No tuvieron certeza de cuántos serían los despedidos o quiénes o a cuánto ascenderían los montos de las indemnizaciones por retiro voluntario. Entre los acontecimientos más sobresalientes de esta etapa, en diciembre de 1991.
La ciudad fue creciendo de manera desordenada alrededor de la fábrica AHZ. Debido a su topografía irregular, con depresiones y cauces de arroyo, durante décadas el emplazamiento de los barrios tuvo características de relativo aislamiento, sólo conectados por pocas vías de comunicación. Como consecuencia de esta dispersión los distintos barrios de la ciudad desarrollaron fuertes identidades, en general en contraposición a barriadas con distinta situación socioeconómica

La absorción de mano de obra de Aceros Zapla (entre 700 y 800 personas) fue en su mayoría de gente nueva, estimándose sólo en un 10% de esa cifra los ex−empleados reincorporados, cuyo mayor atractivo era su conocimiento específico del funcionamiento de determinadas maquinaria. Entonces, de las 2.800 personas que se fueron de la empresa estatal por medio de retiro voluntario, menos de 100 fueron empleadas por la nueva empresa, una vez alcanzado el total de uso de su capacidad operativa (Marcoleri de Olguín et.al. 1994). En resumen, las cifras aproximadas que deja en Palpalá la privatización de AHZ son las siguientes:

· Número de empleados estimados a 1980: 8.000
· Retiros entre 1984 y 1991: 1.500
· Retiros justo antes de la privatización: 2.800
· Absorción de mano de obra: 800

En el período 1991-1992 (en el cual se lleva a cabo la privatización de AHZ) los índices de desocupación que muestra la EPH aumentaron para el conglomerado San Salvador de Jujuy-Palpalá. Si se toman los datos del mes de junio del ´91 y mayo del ´92 se observa que el índice mencionado aumenta 3,7% respecto del año anterior. Este intervalo se corresponde con el momento en que se producen los retiros voluntarios. El índice de subocupación también presenta un incremento del orden del 1,8%. Sin embargo cuando se compara con el mes de mayo de 1993 se revierte la tendencia con una caída de 2,1%. Pero el índice de subocupación continúa su ascenso y el aumento es de 2,4%.
La privatización implicó una reducción de alrededor de 2.000 puestos de trabajo en el lapso de un año, a lo que debe sumarse la paralización de las minas y los empleados que perdieron su trabajo en la empresa los años anteriores. La absorción de esta mano de obra es sumamente dificultosa en una ciudad de las dimensiones de Palpalá, teniendo en cuenta que los puestos de trabajo perdidos en el lapso de un año representaban aproximadamente una décima parte de la población masculina de Palpalá hacia 1991, y algo más de una décima parte de la población económicamente activa. En un contexto sin demasiadas alternativas ocupacionales, esto fue un golpe devastador para la economía de Palpalá, y significó el fin de una inserción laboral estable para muchas familias en el lugar. (Marcoleri de Olguín et.al. 1994).
La pregunta que consideramos relevante es cuál fue el destino laboral de un número tan importante de gente. De la primer etapa, hasta 1991, hay mucho personal profesional y técnico que no era oriundo de Palpalá y volvió a su lugar de origen y/o encontró nuevas oportunidades laborales; y muchos estaban próximos a jubilarse y simplemente realizaron los trámites para ello. Pero el resto y en las demás etapas pasó por lo general y según observaciones realizadas, al cuentapropismo, a generación de

El día 31 de enero se conoció al único oferente, un consorcio formado por capitales argentinos, franceses y estadounidenses cuyo nombre es Aceros Zapla.[4] La propuesta que elevaban consistía un pago de 33.250.000 de dólares por los activos de la empresa y una inversión de 50.000.000 de dólares. En cuanto a los trabajadores, se comprometía a conservar a 882 personas del un total de 2.560; pero preveía aumentar las contrataciones conforme las ventas de los productos en el mercado mejoraran.[5] AHZ es adjudicado al único oferente y se anuncia la apertura de la lista para retiros voluntarios. El Ministerio de Defensa confirma que posee los fondos necesarios para pagar las indemnizaciones.


Aspectos demográficos y socio-económicos de Palpalá.



El Departamento Palpalá contaba en 2001 con 48.199 habitantes, lo que incluye 45.184 entre la ciudad en sí, Altos Hornos Zapla y Río Blanco; y los restantes 3.015 entre Centro Forestal, Carahúnco y población rural dispersa. El Departamento Palpalá tiene el 7,9% de la población total de la provincia (611.888 habitantes según el Censo 2001).[6]
Según el censo de 1991 el departamento Palpalá tenía 43.521 habitantes, lo que representa un incremento del 10,7% en su población durante esos diez años y una tasa de crecimiento de 10,26 por mil. Es uno de los departamentos con crecimiento poblacional más moderado, muy lejos de otros departamentos y casi con la mitad de la variación porcentual provincial que alcanzó el 19,4%. Se ubica Palpalá por su crecimiento demográfico, mientras que por su cantidad de habitantes la ciudad de Palpalá es la tercera en importancia de la provincia (luego de la capital y de San Pedro de Jujuy). En este sentido ha superado a la ciudad de Libertador General San Martín, que en el Censo anterior tenía más población que Palpalá.
Es interesante observar que la tasa de crecimiento intercensal de Palpalá fue de 29,89 por mil entre 1980 y 1991, con lo cual la tasa de 10,26 por mil correspondiente al período 1991-2001 estaría reflejando una importante desaceleración en el crecimiento poblacional del departamento en la década de los noventa con respecto a la década de los ochenta. Esto se vincula seguramente a la privatización de AHZ y la reducción de personal que acompañó este proceso. Resulta interesante señalar que el mayor crecimiento poblacional de los noventa se ha dado, dentro del departamento Palpalá, en la ciudad en sí, ya que tanto Centro Forestal como Mina 9 de Octubre han visto reducirse su población en términos absolutos entre ambos censos. El caso de Mina 9 de Octubre es paradigmático, ya que el Censo 2001 sólo registra 2 habitantes en la misma (frente a 325 del Censo anterior) debido al cese de su explotación. Por su proximidad a la ciudad capital, en la actualidad (Palpalá y San Salvador de Jujuy) conforman un conglomerado urbano: Gran San Salvador de Jujuy con casi 280.000 habitantes.
En relación a la composición de la población por edad y sexo se observa un importante aumento en el peso del grupo de 20 a 24 años de edad, tanto entre varones como entre mujeres, comparando los datos del Censo de 1991 con los del año 2001.[7] Esto podría estar reflejando una permanencia en el lugar de jóvenes que anteriormente migraban hacia otros centros, especialmente para sus estudios superiores, y representan un desafío para las autoridades comunales, puesto que se trata de un grupo en edad crítica, que requiere de instituciones de formación superior, fuentes de trabajo y medios de esparcimiento.
De los 6.970 habitantes de entre 18 y 24 años 3.880 no registran asistencia escolar, lo que representa el 55.7% (según datos del Censo 2001). Esto no sería un problema si se tratara de jóvenes con estudios medios completos y una inserción laboral asegurada, pero la situación está lejos de ser así. Restringiendo el análisis al grupo de 20 a 24 años (y eliminando de esta manera a la mayoría de los “rezagados” que entre 18 y 20 años se encuentran finalizando los estudios de nivel medio), la situación se puede resumir así:


Las microempresas y las ONGs de desarrollo


La importancia del sector microempresarial en Jujuy (y su relación con el Estado y las ONGs) se puede ejemplificar brevemente con la aprobación, en julio de 1990, de la ley Provincial Nº 4513/90 con la cual se creaba el Consejo Provincial de la Microempresa.[8] Las modificaciones introducida para el funcionamiento de dicho Consejo (a través de las leyes Nº4563/91 y 4985/97 y el Decreto Nº3524/97) establecen que dicho Consejo se propone desarrollar el sector microempresarial en la provincia, definiendo como tal a toda empresa que ocupe hasta un máximo de 15 trabajadores.
Para 1995 el valor agregado generado por la Provincia era de 1.570 millones de pesos y representaba el 0,6% del PBI nacional. Lo que ponía a Jujuy como una de las provincias de menores ingresos, con un PBG per cápita de 2.800 pesos anuales (comparativamente, en la década del ´80 Jujuy se encontraba en el décimo lugar en el ranking de PBI per cápita). En los ´90 las Micro y PyMES de menos de 9 empleados son las que tienen la participación más notable en la economía de la provincia de Jujuy: constituyen casi el 90% de las empresas y generan alrededor del 25% del empleo. Una gran proporción corresponden al comercio y al transporte. De la actividad económica de la provincia, aproximadamente el 40% corresponde al sector terciario que incluye básicamente al sector público, a los servicios, al comercio, a los servicios financieros y al transporte. Algunos autores afirman que las PyMES de la provincia de Jujuy se caracterizan, en general, por un gerenciamiento no profesionalizado; siendo el/la empresario/a jujeño del tipo “juvenil” en el sentido de que tiene agilidad de reacción y alta motivación; no se identifica con la burocracia o la sistematización ya que la planificación está implícita y no-escrita; y los registros contables no son apreciados como algo útil en la toma de decisiones. Además, alrededor del 40% de las empresas tienen dificultades o no tienen respuestas inmediatas para enfrentar a los cambios bruscos; y llama la atención que las empresas con 9 a 19 empleados tienen mayor facilidad para adaptarse a los fuertes cambios (en un 80%), respecto del promedio general de 60%. En general, los sistemas de comercialización utilizados por las empresas de auto-sustento, micro, PyMES de la Provincia (integrado al diseño, producto, calidad, precio, comunicación, distribución, etc.) adolecen de estudios, planificación, disponibilidad de recursos y representa una importante desventaja para las empresas (Pereyra ms).[9]
Para el caso específico de Palpalá, su gobierno municipal en la década del ´90 buscó facilitar vías para al reinserción de la población desempleada al promover microemprendimientos como una de las principales estrategias de reconversión social y laboral. Se dictaron cursos como por ejemplo de: Gestión de la Microempresa; Formación para Desempleados; Curso para el autoempleo y la gestión de la Micro y pequeña empresa; entre otros. Un importante número de estos cursos de capacitación en gestión de microempresas eran dirigidos específicamente a mujeres de la localidad como actividades del SOLAM[10], implementado por el Gobierno Municipal palpaleño en 1996, aunque los resultados de estas capacitaciones no se han documentado en forma científica, son un punto importante a tener en cuenta a la hora de evaluar resultados.
El trabajo de capacitación llevado a cabo por el SOLAM se justifica en el nuevo rol de la mujer en el mundo del trabajo de Palpalá después del proceso de privatización y achique de AHZ con la definición de un nuevo esquema socio-laboral y nuevas condiciones de subsistencia. Estos cambios en los ´90 definen un nuevo perfil social de los emprendimientos con fines económicos, cuya intensidad constituye un factor de cambio importante respecto a épocas precedentes. Esta etapa se caracteriza, entonces, por la elevada presencia de mujeres casadas de todas las edades que tienden a trabajar la mayor parte de sus vidas. Las mujeres palpaleñas en el período 1997-1998 se podían caracterizar de la siguiente forma: un 30% de las mujeres sólo hace tareas del hogar y un 70% tiene alguna actividad remunerada extra-reproductiva. De ese 70%; el 69% tiene una sola actividad remunerada; el 21% se desempeña en dos ocupaciones; y un 10% en tres. El 10% de las que tienen actividades remuneradas (es decir, el 6,9% de las mujeres de Palpalá) tiene un negocio propio.
Datos provenientes de estudios realizados por una ONG de Palpalá (Fundación Nueva Gestión) informan que el 70% de la cartera de clientes de microcrédito son mujeres residentes del conglomerado San Salvador de Jujuy-Palpalá, en el período 2001-2002. Es preciso aclarar que este dato puede estar mostrando, más que la alta proporción de mujeres microemprendedoras, una política de discriminación positiva hacia las mujeres de parte de los organismos que brinda ayuda financiera debido en parte a que las mujeres han demostrado un índice notablemente menor de morosidad en el pago de sus cuotas.
En síntesis, la privatización de AHZ produjo cambios muy profundos en la situación económico-social palpaleña de los cuales los más obvios son el aumento del desempleo y del subempleo, que trajo como consecuencia el que la comunidad (a través de su organización civil) y las familias (a través del cuentapropismo y la generación de microempresas) debieron hacerse cargo de responsabilidades que antes eran cubiertas por la fábrica. Esta situación de creciente conflictividad social y económica se manifestó también en un incremento importante en los casos de abandono del hogar por parte de los progenitores varones, que ante la angustia económica, la presión del entorno y la pérdida de influencia social que suponía sus nuevas circunstancias, optaba por emigrar en busca de mejores posibilidades de empleabilidad que, en muchos casos, se convirtió en cambio de residencia del varón pero permaneciendo el grupo familiar en su lugar de origen a cargo de las mujeres. Esta situación llevó a la necesidad de reorientar los modos de subsistencia de los grupos familiares lo cual, en muchos casos, significó cambiar las pautas socio-culturales en relación con la organización de los grupos familiares: las mujeres salieron a “buscar trabajo” o a realizar actividades para el sustento de la familia.


Palpalá hoy: Auditoría Ciudadana Y Programas Sociales.


El día 20 de julio de 2004 la Municipalidad de Palpalá realizó el lanzamiento del Programa: “Auditoría Ciudadana. Calidad de las Prácticas Democráticas en Municipios”.[11] El mismo está financiado por Naciones Unidas y el Gobierno Nacional y persigue el objetivo de emitir una opinión informada sobre la calidad de las prácticas democráticas municipales, que contribuyan a formular una agenda de los asuntos públicos locales para expandir la democracia y su gobernabilidad. Es la primera Municipalidad del NOA que emprende este accionar de transparencia de la gestión municipal. En esta etapa, la segunda de aplicación del Programa[12], Palpalá fue seleccionada para integrar la lista de diez municipios beneficiarios por el buen funcionamiento de sus instituciones y la buena relación con el gobierno local.
El propósito de este Programa es institucionalizar el mecanismo de Auditoría Ciudadana para realizar el seguimiento y la evaluación de las prácticas democráticas locales, tal como las perciben los ciudadanos, a fin de incidir en la formulación de las políticas y su implementación, y por ende, fortalecer la gobernabilidad democrática.
Lo novedoso e importante de este programa es que no sólo se trabaja con el gobierno local, sino también con el conjunto de la comunidad, fundamentalmente a través de sus instituciones más participativas, para determinar el desarrollo del municipio, qué se puede tomar de ellas para replicar en otros municipios, y/o cuáles son las prácticas que deben fortalecerse para mejorar la calidad de la democracia, entendiendo este punto como esencial para una mejor calidad de vida de sus habitantes.[13]
En esa reunión del 20 de julio, en la cual participó un equipo de especialistas en el tema, se avanzó sobre los componentes básicos del proyecto, como la creación de foros civiles locales que representan a la comunidad, y que reúnen a los representantes de la sociedad civil y del gobierno local. Entre ellos se encuentran líderes sociales, académicos y políticos representativos de sus comunidades. En los próximos meses esta previsto que se lleven a cabo evaluaciones en cuatro temas considerados fundamentales: cultura cívica ciudadana; participación ciudadana; rendición de cuentas; y trato al ciudadano.[14] De ellas, dos temáticas estarán orientadas al autoanálisis del gobierno municipal.
Un Consejo Asesor, constituido por representantes de la sociedad civil, como las universidades y otras instituciones, desempeñaran funciones de colaboración con el desarrollo del proyecto, elaboración de sugerencias y propuestas, y evaluación de los resultados de la investigación de campo.
El gobierno municipal actual promueve a la ciudad como “Ciudad deportiva” por su apoyo a este tipo de actividades y turística porque la Mina 9 de Octubre se ha reconvertido en un centro de deportes extremos y turístico.
La administración actual destaca los “Programas sociales” implementados. Actualmente Palpalá cuenta con diez comedores, de los cuales nueve son infantiles, con 728 niños, y uno es de ancianos, con ochenta y cinco personas. Existe un colectivo asistencial, donde se realizan trabajos de odontología (extracciones y curaciones), de kinesiología, nebulizaciones, enfermería, peluquería y tratamiento de pediculosis. También hay una guardería municipal con 320 niños, y un centro de rehabilitación para discapacitados. Entre los planes sociales de cobertura nacional, está vigente el plan denominado “Manos a la obra”, en el cual se conecta lo social con lo productivo.


Conclusiones


El caso de Palpalá presenta distintos momentos históricos de importancia: desde el punto de vista minero; por su lugar en la historia de la industria siderúrgica en el país; por ser uno de los casos emblemáticos de privatización de empresas públicas durante la década de los noventa y en la actualidad por ser ejemplo de aplicación de políticas de desarrollo local y por el aparente buen funcionamiento de sus instituciones.
Sintéticamente se puede decir que el desarrollo de Palpalá se vincula al hallazgo de mineral de hierro en Zapla en la década de 1940. El General Savio, promotor de la industrialización del país, veía la necesidad de desarrollar su industria siderúrgica, e impulsó la creación de Altos Hornos Zapla en las proximidades de los yacimientos descubiertos. El decreto de creación se firmó en 1943 y dos años después se obtenía hierro. Palpalá se transformó de un pequeño pueblo en una de las ciudades más importantes de la provincia. Altos Hornos Zapla era el centro de la actividad, empleaba alrededor de 8.000 trabajadores (casi 45% de la fuerza laboral local a mediados de los ´70), proveía en muchos casos vivienda, salud, esparcimiento, por lo que la privatización y declinación de la empresa fue un golpe muy fuerte para la ciudad. En 1992 la venta de la empresa fue seguida por el despido de un número cercano a los 3.000 trabajadores. Palpalá trató de superar esta situación mediante microemprendimientos, con fuerte participación del municipio, con diferentes modalidades de intervención: capacitación, financiamiento y/o asesoría. En especial durante la década de los noventa, fue un centro importante, a nivel nacional, de fomento de la actividad microempresarial con fuertes aportes financieros de organismo nacionales e internacionales.
Esta situación ha generado un panorama complejo con respecto a las identidades de los locales, ya que quienes nacieron y crecieron durante el auge de AHZ se identifican como “palpaleños y de la fábrica”, muchas veces por sobre cualquier otra categoría identitaria, aún hoy, que “la fábrica”, tal como era, ya no existe. Localmente se establecen algunas jerarquías a partir de estas categorías generales según las personas hayan pertenecido o no al plantel de AHZ y según el puesto de trabajo que hubieran tenido en la fábrica. El desarrollo de las formas económicas, políticas y sociales de la modernidad, constituyó en Jujuy en general y en Palpalá en particular un sistema de relaciones sociales profundamente marcado por procesos de diferenciación y control con relativa movilidad, a través del cual los sectores subalternos reprodujeron su vida dentro de las opciones limitadas de un capitalismo periférico, cuyo crecimiento estuvo ligado a la protección estatal. Como una primera aproximación a nuestro objeto de estudio, Palpalá parecería siempre estar reflejando las tendencias centrales de las políticas del país. Con la industria siderúrgica en la época del modelo de industrialización por sustitución de importaciones, con la privatización de Altos Hornos Zapla durante el Plan de Convertibilidad (basado en el tríptico privatización, desregulación y apertura externa), con el fomento a los microemprendimientos luego de la privatización mencionada, y finalmente hoy en día con el desarrollo local y la participación comunitaria, Palpalá refleja, en pequeño, lo que en el país ocurre en escala macro. En esta primera aproximación, entonces, reevaluamos la importancia del problema que elegimos investigar, que alcanza así una mayor dimensión.